viernes, 1 de abril de 2016

Los hijos de la bonanza

En China se ha puesto fin a la política de un solo hijo que llevaba vigente más de 30 años. Las razones expuestas son de índole económica; sin embargo, también se ha explicado que, luego de estas tres décadas, los chinos han caído en la cuenta que esta política provocó el surgimiento de varias generaciones de “ciudadanos inútiles”, pues la restricción de tener sólo un hijo, inducía a los padres a sobreprotegerlo, excederse en atenciones y evitarle molestias.

En los países ricos de Occidente, según un análisis recientemente publicado en El País, durante las últimas décadas los padres se han esforzado “de una manera nunca vista” por no herir los sentimientos de sus hijos, para protegerles de lo feo, lo duro y lo difícil de la vida.  La consecuencia, señala la publicación, “ha sido la aparición de una generación de adolescentes y veinteañeros psicológicamente delicados”.

Mientras esto ha venido ocurriendo en las potencias económicas del mundo ¿qué hemos hecho con nuestros hijos en el Perú y Latinoamérica? También hemos buscado simplificarles la existencia, independientemente de las condiciones económicas. Hemos dejado que los eduque la televisión, con sus programas de concurso que fomentan el culto a la frivolidad y chismes faranduleros que le otorgan fama y fortuna a las conductas falsas y vejatorias. Les hemos dado muy pocos ejemplos buenos a seguir; y no les hemos enseñado la importancia del esfuerzo.


A partir de esta idea, podríamos ir cambiando lo que compartimos con nuestros hijos, de lo que enseñamos en casas y escuelas; a esas generaciones que, más pronto de lo que pensamos, dejan de ser el futuro para convertirse en el irremediable presente.
(NOVIEMBRE,2016)

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