jueves, 31 de marzo de 2016

Plagiar es robar

Quienes ejercen la docencia en los distintos niveles lo saben: el “copy-paste” es una de las plagas más perniciosas que las nuevas tecnologías han introducido en los centros de estudio. Tan familiarizadas que están las nuevas generaciones con el uso de internet, les cuesta apenas unos “clicks” llegar a una información  medianamente cercana a la solicitada por el docente y listo, solo tienen que copiar y pegar, sin siquiera haber leído el material. 

Y en Internet encuentran de todo, desde el sesudo ensayo hasta la reseña más simple redactada en “nivel escolar”, que pueden utilizar para no levantar sospecha. Al final, cuando el “profe” no se da cuenta, se sienten satisfechos, como si realmente hubieran cumplido su labor. Comentan el asunto en tono de broma y comienzan a ganar honores en esa vergonzosa escuela peruana de la “criollada”. Como hasta el sacerdote plagia, el famoso doctor y el premiado escritor, entonces se pierde de vista de que el asunto es grave.

Y no es sólo una cuestión moralista, eso sería como decir que los carteristas son juzgados por un exceso de ética. Puesto que el plagio es el uso de una idea ajena como propia, es  un robo intelectual. Pero, como la intelectualidad está venida a menos, su importancia es poco valorada.


Una cosa es saber que existen asaltantes, otra muy distinta es sufrir un asalto en carne propia. Curiosamente, lo mismo sucede con un plagio. El tema puede sonar superfluo para algunos, hasta que llega alguien que plagia su trabajo. En ese momento te sientes tan violentado como cuando un delincuente te arranca la cartera. No es broma, y mucho menos una que deba consentirse en los colegios. (SETIEMBRE, 2015)

La culpa

La periodista admite que pagó 30 mil dólares por obtener la entrevista de un prófugo de la justicia; y cree que con colocar la palabra “verdad” en medio de su confesión, ya puede responsabilizar al gobierno de su abrupta salida de los medios periodísticos para los que trabajaba. Jugada peligrosa.
Milagros Leiva parece creer que la falta de ética se expía con la confesión, al punto de dejarla en condición de víctima, e incluso de maestra. Ahí tenemos sus múltiples declaraciones distinguiendo quién es periodista y quién no en la medida de que la hayan exculpado o lapidado, luego de conocerse la verdad de sus oscuros tratos con el amigo presidencial, Martín Belaúnde Lossio.

Extrañamente, conocido y ventilado el indebido pago, ella parece sentirse ahora con más credenciales que antes para llamarse periodista. ¿Pensaría igual si estuviera del otro lado? Si fuera la entrevistadora de ella misma, ¿se creería eso de que el dinero salió de sus ahorros honestamente ganados en años de trabajo?, ¿qué los entregó por una “verdad” que ni siquiera consiguió? 

Probablemente, no creería. Dudaría, como todos los periodistas estamos obligados a dudar; aunque tratándose de alguien del “gremio” quisiéramos poder creer. Pero la responsabilidad está ahí y es ella quien la pone sobre la mesa, demandando rigurosidad periodística a quienes la condenan. En ese sentido, aún quedan muchos cabos por atar.


Por el momento será saludable no perder de vista los múltiples intereses que se manejan por debajo de la mesa de los que Leiva no es ajena, los cuales la ponen bastante lejos de la imagen de heroína que parece pretender. (SETIEMBRE, 2015)

“Chapa tu choro”

Acusado de corrupción, el alcalde del Ilave, Cirilo Robles, fue linchado por una turba de pobladores, la noche del 2 de abril de 2004. Al año siguiente la Contraloría de la República publicó un informe en el que exculpaba a la asesinada autoridad de haberse beneficiado con el dinero de la comuna.
De igual manera, en enero de 2015, el empresario Feliciano Ituzaca se defendió de un asaltante lanzando disparos al aire; unos vecinos creyeron que él era el asaltante, lo golpearon y quemaron vivo.

A diferencia de estos dos casos, otra historia terminó ensalzando la acción vandálica de una turba, sirviendo de título a una de las obras más emblemáticas del Siglo de Oro Español: “Fuenteovejuna”. El hecho, utilizado por Lope de Vega para escribir esta pieza teatral, ocurrió en 1476.

La idea de imponer la llamada “justicia popular” no es de reciente data, pero los nuevos canales de comunicación le están dando diferentes dimensiones. Actualmente, se vienen difundiendo por las redes sociales varias campañas que comienzan con la frase “chapa tu choro y déjalo paralítico” o similares. Muchos apoyan las campañas tan solo dando “click” a la opción “Me gusta”. 

Pero, en el campo de la realidad, algunos vecindarios han comenzado a colocar amenazas de muerte a los delincuentes, que en algunos casos se han cumplido. Entonces, por cada ladrón menos, existen algunos asesinos más en esta sociedad en la que las autoridades han fracasado por completo, tanto en el trabajo policial, como en el de impartir justicia.


Así, ante la impunidad que mantiene a los delincuentes en la calle, parte de la sociedad espera ahora impunidad para los delitos de torturar y matar. Trágica paradoja. (SETIEMBRE, 2015)

Amores perros

Cuando se supo que más de una veintena de perros callejeros habían sido envenenados en Hunter por órdenes del alcalde de este distrito, las redes sociales se llenaron de piedras y latigazos virtuales en contra del burgomaestre que no tardó en responder negando que haya sido el responsable de tamaña crueldad. Las imágenes que mostraban a los canes agonizando junto a un carro del serenazgo, que aguardaba para llevarse los cadáveres, atizó más la indignación de los cibernautas. 

A juzgar por los dolidos mensajes se podría decir que somos una ciudad amante de los animales, pero no. Esos perros están en la calle precisamente porque alguien más los abandonó y lo más probable es que muy pocos de los indignados cibernautas serían capaces de acoger al menos uno de esos canes en sus casas para salvarlo de morir con el veneno de alguna torpe autoridad. ¿Cuál es la solución? ¿Defender la vida de los perros, a capa y espada, aunque luego nadie quiera hacerse cargo de esas vidas rescatadas?

Los colectivos ciudadanos que se toman el trabajo de recoger perros abandonados lo saben: casi nadie quiere llevarse a casa a un perro callejero, prefieren pagar por un perro de raza, aun cuando dicen ser personas que aman a los animales. Prefieren gastar dinero en llenar de engreimientos innecesarios a un solo perro que salir y darle algo de ayuda a un perro abandonado. Sustentan ese negocio perverso de preñar perras para vender las crías porque son de raza, algo tan cruel como dar veneno a un perro callejero. Y dicen amar a los animales.


Mejor, chapa tu chusco y dale un hogar.
(SETIEMBRE, 2015)

Cobra pero no paga

Allá por los años ochenta, cuando el primer gobierno de Alan García enraizó la convicción de que toda empresa estatal representaba irremediablemente un forado en los recursos nacionales y fuente inagotable de corrupción; por ese entonces, decía, muchos reclamaban la presencia de la empresa privada como si se tratase de la panacea de todos nuestros males. La avalancha privatizadora del primer periodo de Alberto Fujimori era bien acogida. Se hablaba de los millones que ingresaban al tesoro público por aquellas ventas y de las grandes mejoras que experimentarían algunos servicios.

Una de las ventas más celebradas fue la de Entel a la española Telefónica. De hecho, cuando la empresa era estatal uno tardaba varios años en conseguir una línea de teléfono y con la llegada de la privada, los celulares aparecieron y hasta se regalaban por la compra de un pollo a la brasa. Pero, claro, este cambio terminó costando a los usuarios más de lo necesario. Durante los primeros años, Telefónica, debido al contrato que firmó que el fujimorato, gozó de exclusividad, lo que le permitió una serie de abusos que han ido siendo regulados. Sin embargo, aun queda mucho pan por rebanar; como los 1581 millones de soles que desde hace años se niega a pagar a la Sunat.


Lo último que se sabe es que el Tribunal Fiscal de nuestro país está exigiendo el pago, correspondiente al impuesto de la renta de los años 2000 y 2001. Pero, la compañía puede recurrir al Poder Judicial en su afán de no pagar, sobre todo porque anteriormente el Tribunal Fiscal había fallado a su favor. Posibilidades de defensa que no tiene el contribuyente de a pie. (SETIEMBRE, 2015)

Extrañas adoraciones

Hasta antes de la “era Fujimori”, no se utilizaba el nombre de personas vivas para bautizar calles, asentamientos humanos o similares. Pero eso cambió radical y vergonzosamente; sobre todo, porque los primeros nombres en ser utilizados para designar lugares públicos fueron los del preso ex presidente y su familia.

Estos “bautizos” fueron obra de lambiscones en busca de gollerías, una extraña especie de adoradores de lo non Sancto; es decir, de políticos y gobernantes de cuestionado proceder. Recuerdo esto luego de leer muchos comentarios que han circulado en las redes esta semana a raíz del cambio de la orden de detención domiciliaria por la de comparecencia que se dictaminó a favor del ex presidente regional, Juan Manuel Guillén Benavides, dentro del proceso judicial abierto contra él y algunos de sus funcionarios por la sobrevaloración de la carretera Arequipa-La Joya.

Muchos de los comentarios de solidaridad son aduladores hasta el paroxismo: altares de palabras con velas encendidas a punta de alabanzas para la ex autoridad, pese a que aún no se deslinda su responsabilidad en los hechos de corrupción. Y es que sus defensores no sólo ya lo han absuelto sino que lo han convertido en mártir y lo han canonizado; pasando por alto que durante sus mandatos en el GRA la irregularidades provocaron la pérdida de millones de soles del erario nacional.


 Y es que Guillén siempre ha tenido la habilidad de cautivar apoyos incondicionales que saldrán en su defensa pese a la flagrancia de sus fracasos como autoridad. Esos incondicionales que posiblemente en un futuro no muy lejano lograrán que alguna plaza lleve su nombre y que, en uno más cercano, lanzarán piedras sobre este comentario. (AGOSTO, 2015)

Una verbena impensada

Cuando Arequipa tenía aún el tamaño de una pequeña ciudad – hace unos 30 años- la Plaza de Armas era el único lugar en donde se celebraba oficialmente la verbena por el aniversario de la fundación española: grupos musicales y la quema de castillos, que coronaban la noche. Pero el espacio se volvió insuficiente y el evento gratuito se trasladó a la Avenida La Marina; además de un breve periodo en el que se realizaron serenatas descentralizadas en algunos distritos; y, claro, de los espectáculos no gratuitos, que  fueron aumentando año  tras año.

Pero este año ha sucedido algo diferente, que comenzó con la cancelación de la serenata en la Av. La Marina,  debido a la muerte de dos obreros que levantaban un estrado en el lugar, al ser éste impactado por un auto conducido por un hombre ebrio.

La noche del 14, sin más alternativa gratuita, muchos se quedaron bebiendo en las calles del centro, en donde no estaba oficialmente programado ningún espectáculo. Los bailarines de la tradicional entrada de ccapo ya se habían retirado y en las adoquinadas calles sólo las vivanderas acomodaban sus mesas con diana, ponche y otras meriendas.


Cuando parecía que todo quedaría entre botellas de licor y nostalgia, cerca de las 9 de la noche, aparecieron grupos de danzas de Puno, sonoros, alegres, incansables, luminosos, dando calor a la fría noche. Y así llegó el 15 de agosto de 2015, en el centro histórico, entre sayas y sicuris, que fueron lo mejor que se pudo disfrutar, entre grupos de borrachos y cómicos ambulantes que habían tomado la plaza. Una verbena impensada, en la que sólo faltó el himno de Arequipa bien cantado a media noche. (AGOSTO, 2015)

La amenaza del monorriel

Si se cumplen los anuncios del gobierno, el próximo año comenzaría a construirse una enorme serpiente de concreto que correría elevada del norte al centro de la ciudad. El proyecto ha sido criticado por especialistas y colectivos ciudadanos, que han redactado un manifiesto para pedir al presidente Ollanta Humala que lo reconsidere.

Por sus características, un monorriel tiene que ser necesariamente elevado y no se adapta bien a topografías accidentadas como la de Arequipa, según explican los profesionales. Eso significa que las estructuras que tendrán que levantarse para su funcionamiento impactarán en el paisaje monumental de Arequipa. Si dejamos de lado el tema patrimonial y nos ponemos absolutamente pragmáticos, resulta que tampoco es el sistema más económico que se pueda usar, pues según las tarifas de este mismo servicio en otros países, en el nuestro podría llegar a costar más de 10 soles el pasaje.

Además, no olvidemos que se trata de una inversión público-privada de 1200 millones de dólares (casi lo mismo que costó el proyecto Majes I, que fue 1300 millones de dólares), que no representa una solución eficiente para el problema de transporte.

Existen otras alternativas, propuestas por los colegios profesionales, como el tren ligero o el tranvía moderno, que son más amigables con el entorno, más eficientes en el servicio y mucho menos costosas, tanto en la etapa de construcción como en la operativa.


Si los especialistas tienen tan claro el asunto ¿por qué los gobiernos nacional y local están tan entusiasmados con la idea? Quizás tenga que ver el hecho que la propuesta ha sido planteada y sería ejecutada por la brasileña Queiroz Galvao, empresa acusada de utilizar millonarios sobornos para ganar licitaciones en Brasil y Perú. ¡De miedo! 
(AGOSTO, 2015)

De nombres y puentes

La intersección de la avenida Salaverry y la calle San Juan De Dios es más conocida como “Ormeño”. El uso popular la denominó así debido a que allí operaba el terminal de buses de la empresa de transporte que lleva ese apellido. Aunque han pasado más de 15 años desde que el terminal en cuestión ya no existe en ese lugar, la intersección no ha dejado de ser llamada así por todos. Incluso, Google Maps consigna en la zona la “Estación Ormeño”, en un recuadro azul, aunque no existe rastro físico alguno de su existencia.

Pero no todas las referencias de uso corren la misma suerte. Frente al Hospital General, en una de las esquinas de la avenida Alcides Carrión existe un edificio de 4 pisos - usado como paradero y también como panel publicitario-, que ha ido cambiando de nombre según la vigencia de los anunciantes: de “¡Bajan, Colgate!” a  “¡bajan, Pepsi!” y otros nombre de pasajera vigencia. Durante varias décadas, el Grifo San Fernando fue la referencia para la zona de ingreso al distrito de Socabaya. La referencia acabó junto con el cambio de nombre del grifo en cuestión.

Mucho después de ser bautizados como “Grau” y “Bolognesi”, estos puentes siguieron siendo llamados “puente nuevo” y “puente viejo”, respectivamente. Sólo después de varias décadas los nombres oficiales se han convertido en los de mayor uso.


Así, el imperecedero nombre de “Ormeño” seguirá batiendo récord, por encima del puente Quiñones que aún es llamado “Consuelo”, el “Bolívar” que es más conocido como “Puente de Fierro”  o el puente Chilina que seguramente seguirá siendo llamado así, aunque a partir de la próxima semana su nombre oficial sea puente “Mariano Melgar”. (AGOSTO, 2015)

La ley por los suelos

El alcalde provincial, Alfredo Zegarra, se ha caracterizado por no respetar las normas legales. Varias de las obras ediles realizadas durante su gestión no estuvieron autorizadas por el Ministerio de Cultura e incluso fueron ejecutadas a pesar de las advertencias de la Contraloría sobre sus irregularidades. Lejos de atenerse a  la ley, el burgomaestre siempre ha defendido su proceder, argumentando que las leyes estorban y retrasan su trabajo. Con el carácter histrión que trasluce en ocasiones, poco le ha faltado para declararse héroe de la ciudad, debido a los juicios que enfrenta por no acatar la normatividad vigente.

Inevitable es, que una autoridad que no respeta las leyes se convierta en un mal precedente, en un mal ejemplo. Y Zegarra no previó que le tocaría probar de su propia medicina, aunque el mal sabor lo sufriremos todos y no sólo él; pues todo indica que la norma municipal que ha dictado prohibiendo la realización de manifestaciones y marchas en la Plaza de Armas no va a ser acatada por las organizaciones populares. Uno de sus dirigentes, Gerómino López, ya tiene programada una marcha de protesta en la plaza para este próximo jueves. Lo propio sucede con los clubes nocturnos que funcionan en la Avenida Jesús sin autorización que se niegan a cerrar locales. “Ahora las prostitutas quieren manejar Arequipa “, se le ha oído decir a la autoridad edil.


La falta de respeto a la autoridad, en efecto, se ha producido siempre; pero nadie menos que una autoridad que tampoco respeta las leyes para pretender imponerlas. ¿El alcalde habrá aprendido la lección? (JULIO, 2015)

Despilfarro en el Congreso


La farmacia del Hospital General Honorio Delgado está desabastecida en un 40%. La falta de presupuesto sigue siendo la explicación para ésta y otras deficiencias en los servicios públicos de salud, educación y demás. Sin embargo, el presupuesto del Congreso alcanza para gastar en lujosas billeteras, Ipads y otras gollerías que reciben los parlamentarios además de las jugosas remuneraciones que obtienen mes a mes sin retribuirlas con un trabajo mínimamente aceptable. Imposible no sentirse indignado. Lamentablemente, la indignación es un buen síntoma pero no es ningún remedio.

La administración de los recursos del Estado no cuenta con mecanismos eficientes para evitar los malos manejos de dinero; acaso, con suerte, en algunos casos se detecta la irregularidad cuando el daño ya está hecho, pero sin la garantía de recuperar lo perdido. Pero el sistema no es el único problema, de hecho está montado por y para individuos que sacan provecho de sus deficiencias.
Si sumamos las bajezas humanas a los sistemas ineficientes de control tenemos lo que sufrimos hoy: un erario nacional desfalcado por cuanto resquicio existe, con consecuencias funestas no sólo para la economía, sino para la moral del país.

“Era un gasto presupuestado”, responde la presidenta del Congreso, Ana María Solórzano, ante las denuncias de despilfarro en el Congreso. ¿Y qué le impedía no ejecutar ese presupuesto? Individuo y sistema, ambos funcionan mal.


En teoría, existen dos propuestas para modificar el deterioro social: una es cambiar el sistema para provocar el cambio en el individuo; la otra va en sentido inverso. En el Perú no se sigue ninguna; mientras que la plata sigue llegando sola para los que tienen menos vergüenza en la cara. (JULIO, 2015)

Orgullos peruanos

“Sólo pasa en el Perú”, una frase que se repite al descubrir alguna nueva desfachatez de nuestros gobernantes, falla en nuestro sistema legal o al hijo de vecino que se quiso pasar de “vivo”. Pero, ni esa creencia de que sólo en el propio país ocurren las peores cosas, es una exclusividad peruana; la frase cambia de palabras pero se escucha en todas las latitudes del planeta.

“En todas partes se cuecen habas”, reza el dicho y el poeta César Moro añadió: “… pero en el Perú, solo se cuecen habas”. Y en eso sí quizás nos distingamos, en lo necios que nos ponemos para convencernos de que somos de lo peor. Sino, cómo explicamos que aquella frase: “el peor enemigo de un peruano es otro peruano” se convirtiera en parte de una campaña publicitaria por ¡fiestas patrias!

A raíz de esta campaña, la tuitera  @La_Beggs  descubrió que en el Google aparecen una veintena de países en los que se utiliza esa frase, pero que en el Perú se utiliza mucho más: 3000 búsquedas antes de la campaña publicitaria; más de 7500, después. Sigue México (“el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano”), con mil búsquedas y España, con 300.


Este “anti-orgullo” peruano podría ser fruto de una crítica percepción de la realidad, de un pesimismo devastador o de una incansable necesidad de quejarse y ponerse en condición de víctima; como también podría tratarse de una autocrítica, pues así como padecemos al peruano que es nuestro supuesto enemigo, de igual modo somos ese enemigo que no respeta la ley y las normas o que se ufana de su “viveza criolla” aún en perjuicio de otro peruano. (JULIO, 2015)

Oro sin sponsor

Mucho lamentamos la falta de apoyo del Estado al deporte peruano y poco reclamamos el mismo apoyo a la empresa privada. Sin embargo, en la medalla de oro que la fondista Gladys Tejeda ha logrado para el Perú en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, el gran ausente ha sido el sector privado; pese a que en otras latitudes, las grandes marcas suelen ser las más interesadas en auspiciar a los buenos deportistas. Esto no sucede con nuestros atletas pese a que llevan muchos años demostrando su gran capacidad.

Seguramente ahora sí muchos anunciantes estén dispuestos a disputar un espacio en el traje deportivo de la atleta para colocar sus marcas a cambio de apoyo económico; pero seguirán dejando de lado a otros valiosos deportistas hasta que éstos logren por su propia cuenta alguna presea dorada.
Acostumbrados como estamos a un Estado paternalista dejamos de lado los compromisos que la empresa privada debería tener con el país, en temas como el deporte, la educación, la salud o el medio ambiente. Creemos que no nos corresponde intervenir en sus criterios de responsabilidad social. Nada más equivocado.

El sistema legal peruano favorece la inversión privada, le concede un lugar privilegiado que debería ser correspondido en la misma medida. Y no sólo por compensación, sino porque lejos de resultar un gasto para las empresas, el apoyo a los deportistas destacados –por ejemplo- les puede proporcionar grandes réditos comerciales.


Conseguir una medalla de oro en una competencia como la de Toronto, no es algo que sucede muy a menudo para países como el nuestro. A las voces que reclamarán más apoyo del Estado deberían sumarse las que pidan lo mismo al sector privado. (JULIO, 2015)

“La boda del año”

El último sábado, la boda entre dos concursantes del programa “Esto Es Guerra” fue transmitida por televisión nacional y replicada en Internet, minuto a minuto. La denominada “Boda del año” tuvo 29.2 puntos de rating como promedio. Según Ibope, esta fiesta farandulera fue lo más visto ese día, con picos de 37.2 puntos en el sector DE y 31.8 en el AB. Mientras tanto en Toronto, competían nuestros deportistas en los Juegos Panamericanos, sin recibir mayor atención de los medios.

Este paralelo fue destacado por un mensaje viral que circuló esa noche en las redes, que señalaba: “Disculpen por salirme del tema. Solo quería desear suerte a los atletas peruanos que compiten en los Juegos Panamericanos… Son 158 deportistas que compiten en 28 disciplinas. Que dejen en alto el nombre de Perú…”.

Este mensaje fue copiado y pegado por miles de cibernautas en los muros, perfiles y páginas en donde se comentaba la boda de marras. Pero, si bien este viral refrescó la noche; no podemos olvidar que, en contraposición, fueron millones de peruanos los que se quedaron prendados el sábado con los costosísimos detalles de una boda, tan lejana a ellos en la realidad como cercana, en ese mundo rectangular que tienen incrustado en casa.


Y es que, en lo que se refiere a televisión basura, el contexto es siempre el mismo: unos miles critican, reclaman o exigen que haya un cambio; mientras millones y millones siguen embelesados frente a ella. Como esos millones de personas se convierten en millones de ventas para los anunciantes o millones de votos en campaña, se consolida el sistema para que todo vaya de mal en peor. (JULIO, 2015)

Universitarios aburridos

Alumnos de quinto año de la Escuela Profesional de Ciencias de la comunicación de la Unsa han juntado firmas para solicitar el inmediato cambio de un docente. En el memorial presentado al jefe del Departamento Académico se puede leer lo siguiente: “los alumnos no entendemos lo que nos quiere enseñar, además de aburrirnos” (sic).

Respecto a este pedido no podemos pasar por alto dos cuestiones muy importantes: la primera, que la calidad de algunos docentes universitarios es cuestionable; y la segunda, que la calidad de los estudiantes también deja mucho que desear. De lo primero podemos responsabilizar a la politización de la administración universitaria que no siempre selecciona a sus docentes con criterios académicos. De lo segundo, el culpable es el sistema educativo, que apenas logra formar a los escolares y que los deja muy lejos de entender en qué consiste una formación universitaria. Que un profesor universitario “nos aburra” no es razón suficiente para desacreditarlo como tal.

Las llamadas academias pre-universitarias que han proliferado en los últimos años y que hasta se han convertido en “colegios pre-universitarios” dirigen sus esfuerzos “pedagógicos” hacia un solo objetivo: el examen de ingreso a la universidad. Y el sólo hecho de responder satisfactoriamente una base de datos dista mucho de una formación educativa de calidad. Ingresar con un puntaje de 20 sobre 100, además, no asegura en mucho la capacidad del alumno para enfrentar una formación universitaria. Eso debería cambiar.


Actualmente, el sistema universitario se encuentra en un proceso de reforma, el cual parece sólo estar involucrando a la comunidad universitaria, cuando en realidad nos concierne a todos, pues se trata de las aulas que forman a los profesionales que construyen nuestra sociedad. (JUNIO, 2015)

Nada en el cerebro

¿Qué tiene que suceder para que un adolescente se inyecte petróleo en el cuerpo creyendo que mejorará su aspecto físico? Primero, que no sepa cómo funciona su organismo; lo que se debe a una pésima formación educativa. Segundo, que haya escogido un modelo a seguir equivocado; lo cual podemos atribuirle a los contenidos de la televisión basura. Y tercero, la total ausencia de los padres como guía.

La noticia de dos hermanos cuzqueños de 17 y 10 años que se inocularon petróleo para parecerse a sus ídolos de la televisión ha vuelto a desatar las críticas en contra de cierto tipo de programas. La madre de los niños, incluso, ha anunciado que demandará al programa “Esto es guerra”, pues sostiene que uno de los participantes dio este consejo para mejorar la condición física. Legalmente, la señora tendrá que demostrar que, en efecto, se dio ese consejo a través del programa; moralmente, la actitud de la mujer demuestra que no ha terminado de asumir su propia responsabilidad.

¿Qué diferencia existe entre estos muchachos y los centenares de jovencitas que caen en la anorexia para parecerse a las modelos de televisión o de aquellas mujeres que se inyectan aceite de avión en los glúteos? En esencia son lo mismo: un afán irracional por imitar un modelo de éxito basado en lo superfluo. Y eso no es sólo de ahora, ni exclusivamente peruano, ni de un nivel socioeconómico en específico.


Ya va siendo hora que los programas de televisión aparezcan con una advertencia sobre el peligro que encierran sus contenidos; y que tanto padres como maestros superen obstáculos para llegar a los jóvenes con temas que realmente los involucran. (JUNIO, 2015)

Peatonalizar a la mala

¿Recuerdan cómo era transitar por la calle Mercaderes antes de que fuera peatonal? Ahora, esa es la única calle del centro en la que se puede andar medianamente a gusto. Pero –ojo-, no es lo mismo una calle que todo el Centro Histórico. No se puede esperar que un cambio tan dramático funcione de la noche a la mañana y sin mayor planificación como pretende la actual administración municipal.

Si las principales actividades económicas y trámites burocráticos tienen que realizarse en el Centro es de esperar que este proyecto no sea bienvenido. No todos los ciudadanos pueden ofrecer el esfuerzo de caminar varias cuadras para llegar a su destino, como las personas de la tercera edad, discapacitados, mujeres embarazadas o con niños pequeños. Las principales oficinas del Estado, como el Banco de la Nación, Sunat, 

Registros Públicos o Reniec deberían tener sedes descentralizadas en las que puedan realizarse todos los trámites sin restricción; pero no sólo eso, deberían estar concentradas en zonas estratégicas, pues por lo regular se tiene que acudir a más de una. De esa manera, disminuiría naturalmente buena parte del flujo de personas hacia el Centro de la ciudad. Pero, nada de eso se ha previsto.


Tampoco sirve de mucho una peatonalización, cuando las reglas de tránsito no son respetadas. En las calles aledañas a las zonas que serán peatonalizadas el flujo vehicular va a aumentar y será inmanejable si no se hace cumplir normas como la que impide la circulación de vehículos pesados o las prohibiciones de estacionamiento. Sin una planificación seria, la peatonalización no es ni será entendida como la ventaja que sí es en otras ciudades del mundo. (JUNIO, 2015)

Conflicto sin resolver

En Arequipa, durante el último paro en contra del proyecto minero Tía María, no se registraron desmanes como en el anterior. Actualmente, en la ciudad todo se desarrolla habitualmente y perdemos de vista que en el valle de Tambo se vive bajo estado de emergencia y que la protesta de sus pobladores sigue sin ser resuelta, pese a las pérdidas humanas y materiales.

¿Qué va a suceder cuando culmine el Estado de Emergencia? La estrategia del gobierno sigue siendo que la protesta se agote, postergando la resolución del conflicto hasta el nuevo mandato.  

En ese camino, el destino del proyecto terminará dependiendo de quién elijamos como nuevo presidente. En el horizonte inmediato no aparece ninguna figura que proponga la cancelación del proyecto. Keiko Fujimori, PPK y Alan García, que encabezan las encuestas, están a favor de la minería tal y como se practica hoy en el Perú.

Existió una posibilidad legítima de oposición racional al proyecto con la última elección de alcaldes en Tambo. Ellos desde la fortaleza de la representación popular y democrática debieron sentarse a dialogar, pero no lo hicieron; en espera de las famosas “lentejas”, probablemente. Esa oportunidad perdida nos ubica frente a un horizonte incierto, nuevamente.


Si es cierto que Tía María puede convivir armoniosamente con la agricultura del valle, los promotores del proyecto deberían estar dispuestos a explicarlo en todos los idiomas. La negativa a que el EIA sea revisado por un ente técnico neutral, más allá de un error, es la prueba de que algo se esconde. No hay que ser anti-minero para darse cuenta de ello; tampoco hay que vivir en Tambo para reconocer que el problema es nuestro. (JUNIO, 2015)

Un Estado a favor de las invasiones

A finales de los 70, la Asociación Peruarbo solicitó formalmente al Estado los terrenos eriazos colindantes al Colegio Militar Francisco Bolognesi, para instalar un proyecto urbano estructurado. La solicitud fue denegada debido a que el lugar escogido no estaba destinado para vivienda. 

Pocos años después un grupo de invasores tomó el lugar y formó lo que hoy se conoce como Pampas de Polanco. Los invasores lograron construir sus viviendas y dotarse de servicios básicos en mucho menos tiempo que los urbanizadores de Peruarbo, que fueron ubicados en el Cono Norte y sufrieron décadas sin electricidad, agua y desagüe. Así, quienes recurrieron a la legalidad salieron perdiendo, mientras que la invasión se estableció con la falta de planificación que las caracteriza.

Esta historia nos recuerda que, ante la necesidad de vivienda, la ineficiencia del Estado auspicia las invasiones, pues terminan siendo la forma más rápida de obtener un terreno para las personas de escasos recursos. De esta manera, además, es el propio Estado el que deja servida la mesa para la proliferación de traficantes de terrenos, que lucran con estas invasiones y las utilizan para manejos políticos bastante veleidosos. Ahí tenemos al inefable Felipe Domínguez, dirigente que antes encausaba la fuerza popular del Cono Norte para apoyar al liberal régimen fujimorista, ese mismo que otorgó amplios beneficios tributarios a la minería; y que ahora alza la bandera antiminera.


El pasado lunes murió un hombre de 32 años en medio de un violento enfrentamiento con armas entre invasores en Cayma. En vano serán los pronunciamientos al respecto mientras el Estado no comience a hacer lo que le corresponde: poner orden. (MAYO, 2015)

Tarde y mal


El tablero del diálogo ha sido pateado más de una vez y de distintas maneras. Recobrar la confianza para llegar a un acuerdo satisfactorio no es un proceso que lleve poco tiempo. Todos tienen su propia receta para poner fin al conflicto en el valle de Tambo en contra del proyecto minero Tía María, pero ninguna parece aplicable. Lo que ocurre mientras tanto es la polarización de la población, agravios y amenazas que se disparan desde ambos bandos, además de la violencia física, la mediática y las sucias jugadas por debajo de la mesa.

“Hace rato se debió retirar el proyecto”, “hace rato se debió declarar el Estado de Emergencia”, son algunas de las exclamaciones que se escuchan en la calle y aunque plantean remedios opuestos, coinciden en algo: el gobierno ha fallado en dejar que se prolongue el conflicto.

Tía María no va. Al menos en el corto plazo eso ya está bastante claro y es el largo plazo el que está en pugna. Un término que ya no estará en manos del gobierno actual, como también se le ha escapado de las manos la solución del conflicto vigente.

La revisión del Estudio de Impacto Ambiental de Southern por parte de un organismo técnico neutral y una consulta popular, previa campaña transparente de información, parece lo más sensato. Pero ni el gobierno, ni la empresa, ni los opositores parecen estar dispuestos a aceptar estas condiciones.


El audio de las “lentejas” ha sido una jugada mayor que busca deslegitimizar la protesta, pero eso no aclara el escenario sólo lo enturbia más, en detrimento de quienes sienten que su causa es justa. Aunque a estas alturas, ya nada es justo. (MAYO, 2015)

Nos odiamos tanto

Arequipa vive desgarrada por el racismo. El conflicto por el proyecto minero Tía María lo ha puesto nuevamente en relieve. En las calles, la radio y las redes sociales se encuentran agravios racistas de toda índole. Hasta los llamados a la paz son motivo de enfrentamientos verbales y discriminatorios.

A juzgar por los mensajes en redes sociales, existen personas que se consideran “netos arequipeños”, que desprecian todo lo que a su entender no es “originario”, critican a los inmigrantes por una supuesta falta de identificación con la ciudad y los culpan de todo mal. 

Involuntariamente, mientras expresan ésta postura se pintan de cuerpo entero, en su falta de racionalidad para identificar las verdaderas causas de un conflicto, en la estrechez de criterio para determinar responsabilidades, en la torpeza de prejuicios y en la contradicción de conceptos, como identidad, orgullo, democracia o paz.

De parte de quienes se sienten agraviados por los “netos arequipeños” tampoco existen razonamientos lúcidos pues también se traducen en desprecio, resentimiento y violencia.

“En sus caras se nota que son arequipeños de verdad”, se leía en un comentario en Facebook sobre la “Marcha por la Paz”. Observación muy curiosa porque en los perfiles de esa red social, entre los que se dicen “arequipeños de verdad” y los que no, se ven todos los matices de piel. ¿Será porque todos somos peruanos?


No es fácil amar un lugar en donde te sientes rechazado, insultado o ignorado. Y ya casi todos se sienten así. El arequipeño que se considera “invadido” y el inmigrante que es discriminado. En esta ciudad de odios que estamos construyendo va quedando muy poco de qué sentirnos orgullosos. (MAYO, 2015)

Déjala decidir

“Si pudiéramos extraer petróleo de embriones, pues deberíamos hacerlo y no habría ningún dilema moral”, dijo en todas sus palabras el filósofo español Jesús Mosterín, en su última visita a Arequipa en setiembre de 2011, frente a un abarrotado auditorio que se quedó perplejo luego de oírlo. Mosterín, apelando a la ciencia, dijo que un embrión, mientras no tiene cerebro ni corazón, no es un ser humano. Cabe precisar que el filósofo no profesa ninguna fe religiosa.

Después de la impactante exposición, algunos de los asistentes visiblemente horrorizados se reunieron a comentar el tema. Los argumentos giraban en torno a las creencias religiosas y el soplo divino de vida que comienza en la fecundación. También primaba el temor que argumentos como el expuesto terminaran consintiendo una sexualidad irresponsable que no valore las vidas por nacer.
Cada postura obedecía a sus propias creencias religiosas. En ese sentido salí entendiendo que una sociedad católica como la nuestra no va aceptar la interrupción de un embarazo en ningún caso, ni aun cuando esté en riesgo la vida la madre, ni cuando se trate de un caso de violación. Es esa una postura coherente con sus creencias.


Pero ¿qué sucede cuando una mujer no comparte esas creencias y ha sido violada o su vida está en riesgo por un embarazo? ¿Debería tener el derecho a elegir? Lo deseable sería que aún con una legislación que permita los abortos en determinados casos, las mujeres decidieran no abortar guiadas por sus propias convicciones y no forzadas por la ley. Pero, como las cosas no funcionan así, la religión sigue imponiendo sus criterios por la fuerza de las leyes humanas. (06/MAY/2015)