El alcalde provincial, Alfredo Zegarra, se ha caracterizado
por no respetar las normas legales. Varias de las obras ediles realizadas durante
su gestión no estuvieron autorizadas por el Ministerio de Cultura e incluso
fueron ejecutadas a pesar de las advertencias de la Contraloría sobre sus irregularidades.
Lejos de atenerse a la ley, el
burgomaestre siempre ha defendido su proceder, argumentando que las leyes estorban
y retrasan su trabajo. Con el carácter histrión que trasluce en ocasiones, poco
le ha faltado para declararse héroe de la ciudad, debido a los juicios que
enfrenta por no acatar la normatividad vigente.
Inevitable es, que una autoridad que no respeta las leyes se
convierta en un mal precedente, en un mal ejemplo. Y Zegarra no previó que le
tocaría probar de su propia medicina, aunque el mal sabor lo sufriremos todos y
no sólo él; pues todo indica que la norma municipal que ha dictado prohibiendo
la realización de manifestaciones y marchas en la Plaza de Armas no va a ser acatada
por las organizaciones populares. Uno de sus dirigentes, Gerómino López, ya
tiene programada una marcha de protesta en la plaza para este próximo jueves.
Lo propio sucede con los clubes nocturnos que funcionan en la Avenida Jesús sin
autorización que se niegan a cerrar locales. “Ahora las prostitutas quieren
manejar Arequipa “, se le ha oído decir a la autoridad edil.
La falta de respeto a la autoridad, en efecto, se ha
producido siempre; pero nadie menos que una autoridad que tampoco respeta las
leyes para pretender imponerlas. ¿El alcalde habrá aprendido la lección? (JULIO, 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario