jueves, 31 de marzo de 2016

Extrañas adoraciones

Hasta antes de la “era Fujimori”, no se utilizaba el nombre de personas vivas para bautizar calles, asentamientos humanos o similares. Pero eso cambió radical y vergonzosamente; sobre todo, porque los primeros nombres en ser utilizados para designar lugares públicos fueron los del preso ex presidente y su familia.

Estos “bautizos” fueron obra de lambiscones en busca de gollerías, una extraña especie de adoradores de lo non Sancto; es decir, de políticos y gobernantes de cuestionado proceder. Recuerdo esto luego de leer muchos comentarios que han circulado en las redes esta semana a raíz del cambio de la orden de detención domiciliaria por la de comparecencia que se dictaminó a favor del ex presidente regional, Juan Manuel Guillén Benavides, dentro del proceso judicial abierto contra él y algunos de sus funcionarios por la sobrevaloración de la carretera Arequipa-La Joya.

Muchos de los comentarios de solidaridad son aduladores hasta el paroxismo: altares de palabras con velas encendidas a punta de alabanzas para la ex autoridad, pese a que aún no se deslinda su responsabilidad en los hechos de corrupción. Y es que sus defensores no sólo ya lo han absuelto sino que lo han convertido en mártir y lo han canonizado; pasando por alto que durante sus mandatos en el GRA la irregularidades provocaron la pérdida de millones de soles del erario nacional.


 Y es que Guillén siempre ha tenido la habilidad de cautivar apoyos incondicionales que saldrán en su defensa pese a la flagrancia de sus fracasos como autoridad. Esos incondicionales que posiblemente en un futuro no muy lejano lograrán que alguna plaza lleve su nombre y que, en uno más cercano, lanzarán piedras sobre este comentario. (AGOSTO, 2015)

No hay comentarios:

Publicar un comentario