jueves, 31 de marzo de 2016

Peatonalizar a la mala

¿Recuerdan cómo era transitar por la calle Mercaderes antes de que fuera peatonal? Ahora, esa es la única calle del centro en la que se puede andar medianamente a gusto. Pero –ojo-, no es lo mismo una calle que todo el Centro Histórico. No se puede esperar que un cambio tan dramático funcione de la noche a la mañana y sin mayor planificación como pretende la actual administración municipal.

Si las principales actividades económicas y trámites burocráticos tienen que realizarse en el Centro es de esperar que este proyecto no sea bienvenido. No todos los ciudadanos pueden ofrecer el esfuerzo de caminar varias cuadras para llegar a su destino, como las personas de la tercera edad, discapacitados, mujeres embarazadas o con niños pequeños. Las principales oficinas del Estado, como el Banco de la Nación, Sunat, 

Registros Públicos o Reniec deberían tener sedes descentralizadas en las que puedan realizarse todos los trámites sin restricción; pero no sólo eso, deberían estar concentradas en zonas estratégicas, pues por lo regular se tiene que acudir a más de una. De esa manera, disminuiría naturalmente buena parte del flujo de personas hacia el Centro de la ciudad. Pero, nada de eso se ha previsto.


Tampoco sirve de mucho una peatonalización, cuando las reglas de tránsito no son respetadas. En las calles aledañas a las zonas que serán peatonalizadas el flujo vehicular va a aumentar y será inmanejable si no se hace cumplir normas como la que impide la circulación de vehículos pesados o las prohibiciones de estacionamiento. Sin una planificación seria, la peatonalización no es ni será entendida como la ventaja que sí es en otras ciudades del mundo. (JUNIO, 2015)

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