Las últimas
semanas el grupo de teatro Artescénica de Arequipa ofreció el “Zoológico de
cristal” de T. Williams y sobre la puesta en escena escribí una carta a su
director que a continuación reproduzco:
Estimado Andrés:
Comienzo
por felicitarte por la puesta en escena de “Zoológico de Cristal”, es un
magnífico aporte del teatro poner al alcance del público una obra tan sensible
y genial; y es también un desafío para los teatristas trabajar con un guión tan
complejo y personajes con tantos matices psicológico. A veces pudiera pensarse
que un guión bueno garantiza una buena función de teatro, pero hay experiencias
–actualmente en tablas- que demuestran que no es así. Y claro que NO me refiero
al trabajo de Artescénica. Ustedes han sabido darle buena vida al guión y han
logrado una adaptación correcta y necesaria para acercar la historia y los
personajes al público.
Me gustaría destacar la interpretación de los roles de
Laura y Jaime. Ellos manejan la naturalidad que caracteriza al teatro moderno
como concepto, que además se ajusta a cuestiones más pedestres como son las
características del recinto teatral. Las marcadas inflexiones de voz y
exageraciones gestuales pertenecen a los recintos de más de diez filas de
butacas para que nadie en la audiencia se quede sin oír o se quede sin mirar.
En recintos íntimos como el de Artescénica, éstas técnicas no sólo son
innecesarias, sino hasta inadecuadas, pues pueden rompen la sensación de “realidad”.
Sin embargo, en la puesta en escena que diriges, si bien tiene algunos momentos
de este estilo “clásico”, la experiencia de los actores logra mantener el
público en esa sensación de “realidad” y lo atrapa en la historia, lo cautiva.
En cuanto a
la dirección de escena sólo quiero aportar mi modesta observación sobre dos
movimientos escénicos en la obra, no porque sean llamativamente incorrectos,
sino por un mero afán de pulir detalles. El primero es un movimiento menor,
corresponde a la primera escena, cuando la madre de Laura se ve forzada a mirar
hacia atrás, por encima de la mesa, para dirigirse a sus hijos. La disposición
de la escena podría replantearse para no restarle fuerza a la interpretación de
la madre en ese momento. El segundo es
un movimiento mayor, el clímax: el beso. Que se desarrolle en el primer plano
izquierdo es estéticamente bello y teatralmente correcto. Sin embargo, teniendo
en cuenta que las butacas del recinto distribuyen al público a lo ancho del
escenario, el desplazamiento de esta escena NO ofrece un buen punto visual para
los dos tercios de la audiencia. Espero poder ser clara: quiero decir que la
mayoría de la audiencia no tiene un buen ángulo del beso. Un ángulo en el que
se perciba la intención actoral de los artistas. Bueno, es sólo una sugerencia
detallista, pues considero que ustedes hacen un gran trabajo teatral, el mejor
de la ciudad.
Te envío
este mensaje en privado pues no es mi intención que se entienda que se trata de
una crítica, ni mucho menos, es una apreciación personal, que puedes hacer
pública –en todo o en parte- si lo consideras necesario. Me despido, con un afectuoso saludo.
Paola
Reparto:
La madre, Martha Rebaza
Laura, Claudia Campos
El hermano: Adrián Mercado
Jaime: Rody Núñez
Dirección: Andrés Luque Ruiz de Somocursio
Adaptación: Andrés Luque Ruiz de Somocursio y Doris Guillén.