viernes, 11 de julio de 2014

Titulares electorales

Recorte de "publicherry" presentado como noticia
Luego de la muerte de dos jóvenes periodistas en el desempeño de su trabajo y, en medio de una campaña electoral, se vuelve mayor el descaro que tienen algunos en utilizar el rótulo de “periodismo” para actividades político-comerciales. Unos denigran la profesión, mientras otros pierden la vida por ella.

Existen diversas teorías sobre el rol político de un periodista. Una de las posturas más generalizadas es la “neutralidad”, que le exige informar sin ningún tipo de sesgo político, sobre todo en etapas electorales que es cuando el ciudadano está en busca de guía para tomar una decisión. Y es de esperar, que el periodista no utilice la influencia que ejerce sobre su audiencia para hacer propaganda política. Aclaro: en teoría. La neutralidad implica, además, que el periodista no debe hacer pública su preferencia electoral.

Cabe precisar que existen géneros periodísticos que sí permiten al periodista expresar su posición política: una columna de opinión o un artículo de análisis, por ejemplo. De allí que se exija neutralidad sobre todo en el género informativo.

Así, la próxima vez que Usted vea en un periódico el rostro de algún candidato, como parte de una nota periodística, con un titular condescendiente o un texto adulador, debe saber tres cosas: que eso no es periodismo; que ese candidato ya es cliente de aquel medio de comunicación; y que su trabajo dejó de ser neutral. Por lo tanto, debe dudar de sus contenidos políticos.


Desde ayer ya se conocen las listas inscritas para postular a los gobiernos locales y regionales, sólo tenemos tres meses para informarnos. Hagámoslo bien, no nos dejemos embaucar… otra vez. 

Por Carlos y Mitsu

“Mamá ¿qué hace un periodista?”, me pregunta Sofía. Y entonces me doy cuenta que no es fácil de explicar. Pienso en Carlos Juárez y Mitsu Alvarado, que perdieron la vida haciendo su trabajo de prensa; y en tantos otros que mueren buscando información, así como aquellos que viven bajo amenaza por enfrentarse a grandes poderes. Pienso en los que trabajan en el afán de buscar la verdad y entregársela a los demás para contribuir al desarrollo de la sociedad. Pero, también pienso en aquellos que venden su pluma o que chantajean micrófono en ristre; o esos que no se esfuerzan ni en escribir correctamente o llenan los medios de frivolidades. Y sigo sin responder a mi hija.

No conocí a Mitsu ni a Carlos, pero yo, como ellos, fui reportera de TV-Unsa hace 18 años; y, como ellos, salía a la calle todos los días: cámara al hombro, micro en mano, con la tarea de buscar información y la emoción de saber que ningún día se parecería al otro. En esa tarea de campo pude conocer mi ciudad de cabo a rabo y, sobre todo, a su gente, desde el más humilde de los pobladores hasta la más inaccesible autoridad. Allí es donde se comienza a ser periodista, con ese poder que te da tener acceso a los medios de comunicación masiva. Allí es donde te perfilas en la línea de lo moral o lo inmoral, con los insumos personales que te da tu formación de vida.

Hoy, el periodismo arequipeño está de luto. Se han ido dos jóvenes periodistas que comenzaban a vivir su carrera. Que sea su partida un estímulo para honrar su memoria con buen periodismo.