En Arequipa, durante el último paro en contra del proyecto
minero Tía María, no se registraron desmanes como en el anterior. Actualmente,
en la ciudad todo se desarrolla habitualmente y perdemos de vista que en el valle
de Tambo se vive bajo estado de emergencia y que la protesta de sus pobladores
sigue sin ser resuelta, pese a las pérdidas humanas y materiales.
¿Qué va a suceder cuando culmine el Estado de Emergencia? La
estrategia del gobierno sigue siendo que la protesta se agote, postergando la
resolución del conflicto hasta el nuevo mandato.
En ese camino, el destino del proyecto terminará
dependiendo de quién elijamos como nuevo presidente. En el horizonte inmediato
no aparece ninguna figura que proponga la cancelación del proyecto. Keiko
Fujimori, PPK y Alan García, que encabezan las encuestas, están a favor de la
minería tal y como se practica hoy en el Perú.
Existió una posibilidad legítima de oposición racional al
proyecto con la última elección de alcaldes en Tambo. Ellos desde la fortaleza
de la representación popular y democrática debieron sentarse a dialogar, pero
no lo hicieron; en espera de las famosas “lentejas”, probablemente. Esa
oportunidad perdida nos ubica frente a un horizonte incierto, nuevamente.
Si es cierto que Tía María puede convivir armoniosamente con
la agricultura del valle, los promotores del proyecto deberían estar dispuestos
a explicarlo en todos los idiomas. La negativa a que el EIA sea revisado por un
ente técnico neutral, más allá de un error, es la prueba de que algo se
esconde. No hay que ser anti-minero para darse cuenta de ello; tampoco hay que
vivir en Tambo para reconocer que el problema es nuestro. (JUNIO, 2015)
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