viernes, 1 de abril de 2016

Cámaras… ¡inacción!

El pasado 2 de octubre, una mujer raptó a un bebé del centro de salud de Mariano Melgar. Las cámaras de seguridad captaron los momentos en que una falsa enfermera ingresaba al nosocomio y luego salía de él, corriendo, con el neonato en brazos. Las imágenes circularon en todos los noticieros locales y nacionales. Pero más allá del alboroto mediático, lo captado por las cámaras de seguridad no sirvió para recuperar al pequeño, aún después de más de quince días de desaparecido.
Este caso nos hace repasar algo obvio pero que las autoridades han pasado por alto: las cámaras de seguridad, por sí solas, no impiden fechorías ni capturan delincuentes. Son una herramienta más que complementa un plan de seguridad en el que deben existir mecanismos de respuesta inmediata, reconocimiento de imágenes o difusión de alertas, entre otros.
El propio gerente regional de Salud, Edwin Bengoa, reconoció que la ubicación del menor se complicaba debido a que el personal del Ministerio de Salud (Minsa) en Arequipa no se encuentra capacitado para identificar al recién nacido. Es así que el niño podría ser llevado a cualquiera de los 247 establecimientos del Minsa en la región y no se podría dar la alerta a la Policía Nacional; incluso si se distribuyese el identikit de la raptora. Así como lo lee.

Con esta forma tan absurda de utilizar las cámaras de seguridad, terminan sirviendo únicamente como pretexto para echar mano del presupuesto público, bajo el rubro: “seguridad”; y, claro, para proporcionar material a los noticieros locales que, además, no dudan en utilizar imágenes callejeras de parejas o borrachos que sólo contribuyen al morbo popular, y con el auspicio de nuestros impuestos. 
(OCTUBRE, 2016)

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