viernes, 1 de abril de 2016

ARRASTRADOS

Elegir presidente no es cosa de todos los días. Más aún, de ello dependen nuestras posibilidades de desarrollo para los siguientes cinco años. Nada menos. Y sucede que este 10 de abril, no sólo debemos tomar la importante decisión sobre quién será el próximo presidente del Perú, sino que también elegiremos a nuestros representantes en el Congreso, a lo que poco tiempo le dedicamos. De allí que terminamos lamentándonos de los legisladores que salen elegidos.

Lo que sucede es que prima el llamado voto de arrastre. Es decir que van al Congreso los que tienen los primeros números de las listas con mayor votación. No porque los votantes lo decidieron, sino al contrario: porque no tomaron una decisión al respecto, sólo eligieron al candidato presidencial y marcaron tres veces el mismo símbolo sin reflexionar a quiénes terminarían mandando al Congreso, a ganar más de 16 mil soles mensuales sin supervisión alguna sobre la calidad de su trabajo.

Casi siempre sucede lo mismo, de allí que los postulantes paguen más por candidatear con los primeros números y que las listas que mayores opciones tengan las más altas tarifas. Triste el mencionarlo. Sólo cuando Solidaridad Nacional quiso imponer a una desconocida con el número 1, el voto fue cruzado, resultado elegido Gustavo Rondón, en las elecciones pasadas.


Esa capacidad de cruzar el voto y dejar sin piso a los advenedizos o malos políticos es lo que debe imponerse para evitar que repitan el plato los actuales representantes por Arequipa que, con poco mérito, compiten nuevamente con el número 1. Piense bien su voto al Congreso. Lo del Parlamento Andino es otra historia de la que ya hablaremos.
(FEBRERO, 2016)

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