martes, 11 de marzo de 2014

SIN MEDIDA

Es curioso que en Lima se refieran al resto del país como “provincias”. El centralismo está tan enraizado que éste término apenas si nos llama la atención. Esta exclusión de las “provincias” se aprecia, por ejemplo, en la televisión: Sólo en Lima se mide el “rating”.

Dentro de la globalización, se cree que la televisión regional es la alternativa, es decir una televisión con productos dirigidos al público de cada zona. Pero tenemos muy poca certeza sobre el consumo televisivo local. Hace un tiempo, cuando trabajaba en un canal de televisión supe que en la medición del “rating” los programas locales se disputaban un porción muy pequeña de las preferencias. En otras palabras, los arequipeños no sintonizaban mucho los contenidos locales. 

Uno de los factores que contribuyen a esta situación es que no existen estudios completos sobre las preferencias de productos televisivos locales, lo cual ayudaría en mucho para que éstos mejoren su calidad y contenidos; y puedan, así, subir su audiencia. Pero esto es como un círculo vicioso, pues estos estudios no existen precisamente a causa del centralismo.

Lo mismo sucede con las encuestas. En nuestro medio no existe ninguna encuestadora seria que tome un pulso real a las autoridades locales. Sólo tenemos viscerales programas radiales que, supuestamente, recogen la opinión telefónica de los vecinos; pero sin ningún criterio estadístico. Lo que es peor, se toman estas llamadas como fuente para realizar supuestos estudios de medición de la opinión, sin ningún valor técnico. Lo más grave sucede en tiempo de elecciones, pues aparecen encuestas que colocan nombres de candidatos con altos porcentajes de preferencia que no tienen, movidos por intereses que se juegan bajo la mesa. Debemos estar prevenidos.


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