martes, 11 de marzo de 2014

Ni flores ni bombones

Magnolia tiene 41 años y trabaja instalando mayólicas en obras de construcción. Por su labor recibe entre 25 y 30 soles diarios, según el acuerdo al que llegue con el maestro de obra. A un varón que realice similar trabajo le pagan entre 80 y 90 soles. La discriminación se produce en labores que no requieren fuerza física y que las mujeres realizan con igual destreza que los hombres.

Raquel tiene 35 años y acaban de promoverla en la empresa donde trabaja. En su oficina corre el rumor que el ascenso lo ganó “en privado” con su jefe inmediato. Una limpia trayectoria de 10 años y un reciente estudio de posgrado no son datos que se incluyan en el chisme.

Angélica, de 45 años, se levanta temprano para dejar listo el almuerzo del día. Prepara el desayuno para toda la familia y embarca a los niños al colegio, antes de salir a trabajar. Por la noche se encarga de ordenar la casa y los fines de semana, de las compras. Su esposo trabaja.

Las mujeres ocupan hoy espacios que antes sólo pertenecían a los hombres. Llegar a esa situación no ha sido fácil y mantenerla lo es menos. No se trata de una simple competencia de géneros, sino del reconocimiento de la igualdad de derechos y libertades, entre hombre y mujer; al margen de las diferencias físicas y emocionales que existen entre ellos.


Para recordar este tipo de situaciones existe el Día Internacional de la Mujer, para reflexionar sobre las discriminaciones que persisten, los prejuicios que limitan y la violencia que mata. Este 8 de marzo no es día para flores, bombones y canciones manidas, por favor.

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