martes, 11 de marzo de 2014

Haya o no haya

“Si eres patriota, ¡marcha!”, increpa una señora a un joven que camina a su lado, en medio de un grupo de personas que se reunieron este lunes en la plaza de armas de Arequipa, para escuchar el fallo de la Corte de la Haya, sobre el diferendo marítimo entre Chile y Perú. Y es que, si algo positivo tuvo este momento histórico –al margen de los balances jurídicos y económicos -, es que se expusieron sentimientos patrios, para variar, fuera del contexto de un partido de fútbol.

Claro está que no es marchando como se demuestra amor por la Patria y, ya que hablamos del fallo de la Corte de la Haya, la recuperación de 50 mil kilómetros cuadrados de espacio marino, tampoco lo es; aunque se trate de un logro muy importante.

Y sirva la ocasión para hablar del amor a la Patria, ahora que todos dejaron su programación habitual de televisión basura para prestar atención a un tema limítrofe, poco claro para muchos. Ese sentimiento de “hacer respetar lo nuestro” debería estar vigente no sólo frente a manos extranjeras; si no, y con más frecuencia, frente a nosotros mismos. En nuestras playas, por ejemplo, tan cercanas a ese mar que ahora celebramos;  convertidas en muladares por peruanos que ejercen equivocadamente  el derecho de propiedad colectiva que tienen sobre ellas.


Llegar a la playa cargados de alimentos y bebidas, para luego dejar los desechos en la arena es una práctica habitual que atenta contra algo que es nuestro. Algo que deberíamos combatir como una pequeña, pero importante, muestra de respeto por nuestro país. 

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