martes, 11 de marzo de 2014

Pantalones cortos

En los 13 años que lleva este nuevo milenio, Arequipa ha crecido más que en todo el siglo pasado. Y en este año que termina nos ha caído la factura. Arequipa es una gran ciudad, pero la urbe nos ha quedado chica, tanto así que las grandes obras viales resultan insuficientes el mismo día de su inauguración. Similar a lo que sucede cuando compramos pantalones a un niño, que terminan quedándole cortos a las pocas semanas de uso. Eso se llama: falta de previsión. 

Las obras se vienen planificando para el momento, para la foto, para la campaña del año; sin mirar al futuro. Y no hay que mirar muy lejos para entender que no hay puente, ni viaducto, ni autopista que vayan a quedar grandes en esta ciudad que crece exponencialmente. Eso sin contar lo que NO se planifica, como parques zonales o áreas de protección.

Además del crecimiento demográfico, el crecimiento económico también nos ha cogido desprevenidos. Los gobiernos locales no saben aún cómo utilizar sus presupuestos adecuadamente. Hasta hace unos 15 años, el dilema era la falta de recursos, hoy en día el problema es que no se da buen uso al dinero disponible. Y este año nos ha dejado el sinsabor de obras que se ejecutaron tardíamente, con demora y con descuido; aun contando con un buen presupuesto.

Este 2013, que termina, nos ha dejado una ciudad más caótica y más insegura. Pero así como los problemas subsisten y crecen, también aparecen oportunidades y no hay que desaprovecharlas. El próximo año será de decisiones importantes y nos toca elegir un traje a la medida de esta gran ciudad, de sus valores y sus potencialidades.


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