miércoles, 29 de abril de 2015

No una, sino muchas fotos

Una foto en la que apare un agricultor sosteniendo un verduguillo en las protestas del valle de Tambo en contra del proyecto minero Tía María, era en realidad la foto de la víctima de un “sembrado”, como lo demostró un video difundido posteriormente. 

La historia de esa foto revela que la represión contra los manifestantes antimineros está utilizando estrategias sucias y torpes. Pero esa no es la única foto de las protestas, existen otras que sí son verdaderas, como las del ataque a la compañía de bomberos. Así como también hay otras que muestran la violencia por parte de la Policía. La foto del agricultor fallecido es el ejemplo más trágico.


Una foto es un retazo de la realidad y no se puede analizar la realidad por retazos y mucho menos si nos llegan con la intención de fragmentarla. La visión general del conflicto en Islay, además, no va a depender sólo de la cantidad de retazos de realidad que logremos recoger a la distancia sino de la posición que ya tenemos sobre el tema. En el trabajo periodístico, la situación se traduce más o menos así: si no apoyas firmemente la protesta o criticas a sus promotores, entonces eres un periodista vendido; si concuerdas con la protesta, serás tildado de terrorista antiminero. Y esta situación de fuego cruzado se vive con más intensidad en el valle y la sufren más los pobladores. Mientras tanto, el gobierno promete agotar el diálogo. Dialogo que tendrá que caminar entre visiones fragmentadas, odios sembrados y afanes personales y económicos. No suena prometedor. (abr.2015)

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