miércoles, 29 de abril de 2015

Menos que animales

Lo encontraron muerto de hambre, literalmente. Rocko llevaba varios meses encerrado en la vivienda en donde Hugo Galindo, su dueño, lo dejó sin alimento. El pobre can fue rescatado por los miembros de una asociación humanitaria, pero nada pudieron hacer por él.  El estado en que fue encontrado partía el alma y quienes vieron ese cuadro no se conformaron con la indignación que sintieron y denunciaron a Galindo ante las autoridades.

Hoy miércoles revisarán el caso en la Comisaría de Palacio Viejo, pero no se puede esperar mucho. Las leyes peruanas no son severas para este tipo de casos y lo más probable es que nada impida que en el futuro, éste y otros hugos galindos sigan torturando animales.

“Una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”, dijo Gandhi y con esa medida nuestro país queda prácticamente en la categoría de salvaje. Ayer mismo, en un video que circuló por Internet, se observaba a un sujeto que, machete en mano, desnucaba a un cachorro. Sucedió en Cusco. El indefenso perrito era tan pequeño que llegaba apenas a los tobillos de su verdugo, el cual reía de su “proeza” con un rostro en el que se perdía todo concepto de lo humano. ¿Quién es el animal?, me pregunto. Pero siento que atribuir la palabra “animal” como adjetivo para un sujeto como aquél, es tanto como halagarlo.


A la crueldad además sumamos la indiferencia. Incluso de aquellos que en un aparente amor desbordado por sus mascotas gastan en superficialidades para sus “consentidos”, cantidades de dinero que bien podrían servir para aliviar el hambre de una docena  de perros abandonados. Las leyes debe mejorar; nosotros como seres humanos, también. (mar.2015)

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