El año pasado en Arequipa, 10 mujeres fueron asesinadas por
sus parejas. El llamado feminicidio es resultado de una sociedad machista que,
clara o soterradamente, concibe al varón como superior en derechos y libertades
frente a la mujer. Un dato alarmante, que proporciona la coordinadora regional
del Centro Emergencia Mujer de Arequipa (CEM), es sobre las 21 mujeres que
fueron víctimas de tentativas de homicidio. Ellas fueron animadas a regresar al
lado de sus agresores pues, entidades como la Policía, el Ministerio Público y
el Poder Judicial buscan que la pareja se reconcilie, “en una falsa idea de
unidad familiar ", según ha explicado la coordinadora del CEM, Ruth Gallegos.
Con frecuencia se acusa al discurso feminista de
“victimista”. Pero, vamos por partes. Primero, el feminismo sólo reclama la igualdad
de derechos y oportunidades de la mujer en la sociedad. Segundo, si bien la propia mujer forma parte
de esta sociedad machista, no deja de ser la más afectada.
Según el INEI, en cuatro años, por igual trabajo en
iguales condiciones entre hombres y mujeres, los salarios de los hombres
aumentaron S/.520 más que las mujeres “sin ninguna justificación más que solo
el hecho de ser mujer”. Y según Servir, los varones ocupan el 70% de los cargos
en el nivel directivo mientras que las mujeres solo el 30%, a pesar que un
estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indica
que Perú tiene la mayor población laboral femenina: 66.8%, cuando el promedio en la región es de
56.6%.
Sirvan las cifras para identificar una razón por la que es
importante, al menos una vez al año, recordar el Día Internacional de la Mujer.
Sin desdén ni trivializaciones.(mar.2015)
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