miércoles, 29 de abril de 2015

Razones para desconfiar

Las elecciones locales del año pasado sirvieron también para medir el rechazo de la población al proyecto minero Tía María: las autoridades electas son activos dirigentes antimineros. Todos los análisis coinciden en que la razón de este rechazo es la profunda desconfianza de la población respecto a la empresa privada, en particular Southern, y el Estado. Y en este caso no se trata de ganar la confianza, sino de recuperarla y eso es más complejo aún, pues se trabaja en base a experiencias pasadas negativas; y en esas circunstancias los grupos humanos son más proclives a mantener una actitud que a cambiarla.

Las protestas de 2011, en contra de Southern, cesaron cuando la UNOPS señaló más de 181 observaciones al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto minero. La empresa suspendió actividades con el compromiso de subsanar lo observado por el organismo adscrito a la ONU. El flujo regular de este proceso debería ser que UNOPS revise nuevamente lo corregido por la minera, algo que ciertos sectores están pidiendo. Pero, en lugar de eso, el Ministerio de Energía y Minas, pretende exponer el nuevo EIA a la población, lo cual no deja de ser democrático, pero insuficiente para demostrar que, en efecto, ese documento garantiza que la minería no afectará a la agricultura del valle, como los pobladores temen. Sobre todo porque se trata de un documento técnico. Con este proceder no se abona mucho en la recuperación de la confianza que tanto se necesita.


Los esfuerzos del que quiere obtener la confianza no deberían tener reparos, no deberían dejar ningún espacio a la sospecha; y eso no está sucediendo con el proyecto Tía María. (abr.2015)

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