miércoles, 17 de diciembre de 2014

Promesas y realidades

En líneas generales, los dos candidatos en segunda vuelta a la presidencia del gobierno regional, Yamila Osorio y Javier Ísmodes, parecen tener en claro las necesidades de Arequipa: mejorar los servicios educativos, de salud y seguridad; promover las capacidades productivas; e integrar las provincias y a la región con el sur del país. Al menos, eso se puede resumir del debate realizado el pasado lunes.

Si cualquiera de los dos pudiera cumplir sus propuestas, no tendríamos mucho de qué preocuparnos. Lo que tiene que preocuparnos es la capacidad que tengan ambos, precisamente, para cumplir lo que prometen. Esa posibilidad, más allá de las cualidades personales de cada candidato, depende en gran medida del entorno.

En este entorno, entre otros factores, existen dos piezas difíciles de manejar y que, desde ya, se configuran como una fuerte prueba para la gobernabilidad de la región en los próximos años, salga quien salga elegido. La primera pieza son los llamados “cargadores”, ese grupo de dirigentes populares con los que Juan Manuel Guillén Benavides entabló un “cogobierno” y que se convirtieron en una espada de Damocles. Contradecir los intereses de los “cargadores” puede convertirse para el próximo gobernante en una avalancha de marchas de protesta; continuar con esta alianza desvirtúa, por su parte, cualquier principio de autoridad.


La segunda pieza es la relación con las empresas mineras, sobre todo la situación del proyecto Tía María. La postura populista es oponerse al proyecto, sobre todo sabiendo que desde el gobierno central la postura es más bien a favor. Pero lo populista no es necesariamente lo mejor. Algo que el próximo presidente regional tendrá que enfrentar en su primer año de gobierno. ¿Quién podrá hacerlo mejor? (oct.2014)

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