miércoles, 17 de diciembre de 2014

Letra con sangre

“La letra con sangre entra” (“Spare the rod and spoil the child”, en inglés) es una frase que el escritor Samuel Butler utilizó en el poema satírico Hudibras, en el siglo XVII, para denunciar la violencia contra los niños. Irónicamente, ha servido para justificar el castigo físico. La violencia en las escuelas es incluso aceptada por los padres y por muchos estudiantes que recuerdan, hasta con una sonrisa, al maestro que dictaba clases, chicote en mano.

La semana pasada se difundió un video en el que se observaba a un  profesor del Colegio Honorio Delgado de nuestra ciudad dando de correazos a uno de sus alumnos por no entregar la tarea. Si bien la acción fue condenada y hasta sancionada, hubieron muchos que defendieron al docente. Tener que explicar por qué es incorrecto que un profesor actúe de esta manera, da claras señas de la tolerancia que existe en nuestra sociedad hacia la violencia.

Es posible que con correazos se pretenda enseñar a un escolar a ser cumplido con la tarea; pero también se enseña que la violencia es un camino aceptable; y como tal, podrá utilizarse en el hogar y en la sociedad. Ese correazo enseña además a abusar del débil, pues lo utiliza un adulto con poder contra un niño subordinado. También enseña a entender “por las malas”. Es decir, esos correazos alimentan esta sociedad violenta de la que tanto nos lamentamos.


Un niño con mala conducta tiene detrás diversos y complejos desajustes emocionales y sociales; buscar la solución en la violencia sólo alimenta el círculo vicioso. Círculo que comenzará a romperse cuando dejemos de justificar la violencia. (Nov.2014)

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