miércoles, 17 de diciembre de 2014

El tercer candidato

Quienes sostienen que la victoria de los votos blanco y nulo en esta segunda vuelta significaría un nuevo proceso electoral con otros candidatos, no están diciendo toda la verdad. La Ley Orgánica de Elecciones (art. 364) establece la nulidad de los comicios en una jurisdicción cuando los votos nulos o en blanco superan los dos tercios del número de votos válidos; pero no es clara sobre el nuevo proceso que debe convocarse. La interpretación y decisión final recae sobre el Jurado Nacional de Elecciones. Y en ese sentido, la presidenta del Jurado Especial de Elecciones de Arequipa, María Concha Garibay, ya ha señalado que tendríamos que volver a elegir entre Yamila Osorio y Javier Ísmodes.

Conseguir que se realice un nuevo proceso, desde el inicio, entonces, dependería de las acciones judiciales que se emprendan, lo cual demandaría no sólo tiempo sino una mayor organización. Ese escenario es más complejo, porque este tipo organización demanda recursos y eso da paso a los “financistas”, con sus propios intereses. De hecho, la actual campaña a favor del voto nulo ya tiene financistas y no es difícil adivinar quiénes son.

Votar en blanco o nulo es un legítimo derecho de la población y un ejercicio democrático cuando representa la voluntad de los votantes; pero puede terminar siendo un arma de doble filo cuando esa voluntad popular es orientada con verdades a medias y aprovechada por otro tipo de intereses.

Alcanzar el 66,6% de los votos válidos es una valla muy alta, pero alcanzar un alto porcentaje de votos en blanco y nulos ya habrá dicho mucho acerca del respaldo con que comenzará a gobernar la nueva autoridad regional. (oct.2014)

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