miércoles, 7 de agosto de 2013

#Toma La Calle

“Los jóvenes salieron a las calles a defender la democracia”. Podría ser parte de un texto periodístico escrito estos días; pero también lo fue en 1998. Fueron los jóvenes los que salieron a protestar a las calles cuando el régimen autoritario de Alberto Fujimori defenestró a los magistrados del Tribunal Constitucional (TC), cuando esta institución quiso declarar inconstitucional una tercera postulación del ex mandatario.

En ese entonces, los medios estaban al servicio del régimen y la cobertura periodística de las protestas fue casi nula. Hoy en día, la prensa no está tan silenciada e Internet acerca la información a la ciudadanía. Aun así, existe más del 63% de la población, según encuestas, que desconoce acerca de la reciente vergonzosa designación de los representantes del TC y la Defensoría del Pueblo.

En otras palabras, hace 15 años, el gobierno tenía que vendarnos los ojos, ahora parece que los tenemos vendados a voluntad. Y son muchas las cosas que dejamos de ver, en medio de esta “bonanza económica”. No vemos, por ejemplo, que nos estamos convirtiendo en fieles consumidores y estamos dejando de lado nuestra condición de ciudadanos.

Esta semana, cientos de jóvenes parecen haber reaccionado. Esa tecnología que usualmente utilizan para el entretenimiento ha servido para convocarlos a una protesta en defensa de conceptos intangibles, como la democracia y la dignidad. No, no era la suba de pasajes o el precio de los comestibles. Aunque, en medio de las marchas, se escuchaban disímiles reclamos, todos al final reflejaban lo que los ciudadanos esperan de su gobierno: decencia y respeto a la “voz de la calle”.

Los jóvenes, en ese nuevo lenguaje que muchos apenas entendemos, han difundido proclamas en las redes sociales que dicen: #TomaLaCalle o #EsteCongresoNoMeRepresenta. Y deben saber que la ciudadanía no debe limitarse a una marcha callejera, que si el Congreso no los representa es porque apenas si nos ocupamos del tema en el momento de las elecciones o, en el mejor de los casos, cuando un gran abuso propicia una crisis, como ha sucedido estos días.

Hay mucho por hacer. Organizarse y emprender un  proyecto mayor, por ejemplo. Evitar manipulaciones ajenas, separar la paja del trigo, hacer que germine esa semilla de dignidad e impedir que se la lleve el viento, como ha sucedido ya en tantas ocasiones.


Se espera que el Congreso corrija hoy esa vergonzosa repartija de cargos en el TC y la Defensoría del Pueblo que aprobó la semana pasada. Eso será una victoria y podría representar el inicio de un cambio importante en el rumbo político del país, a punto de celebrar 192 años de vida independiente; o podría quedar sólo como un registro de fotos en Facebook, comentarios en Twitter y videos en Internet, hasta que una nueva crisis lleve a los jóvenes de turno a las calles. ¿Qué es lo que queremos para el Perú? (jul.2013)

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