Un auto camuflado en forma de guante se desplaza por las calles
de Lima propinando choquecitos a los conductores “faltosos”; al volante, una
coprolálica Natalia Málaga se venga, a punta de malas palabras, de las ofensas
que las conductoras tenemos que sufrir a diario en el tránsito. Eso se observa
en un video recientemente difundido en los medios; y sí, a muchas nos da ganas
de celebrarlo. A ver, pónganse en nuestros tacos. Además de sortear los
embotellamientos infernales, tenemos que sobrellevar que los choferes espeten
el sustantivo “mujer” como si fuera un insulto. Y no, no tienen fundamento.
En los países europeos, donde las primas de seguros contra
accidentes de tránsito son más altas cuando el conductor ha demostrado impericia,
las mujeres pagan menores primas. Se considera que las mujeres pueden ser
mejores conductoras porque tienen un mayor grado de aversión al riesgo. La
calma con la que ellas manejan, que enerva tanto a los varones, hace que la
tasa de accidentes protagonizados por conductoras sea menor que la de ellos.
También es frecuente que los hombres comentan infracciones y
provoquen accidentes debido a una excesiva confianza en su habilidad de manejar.
Pero claro, esto es imposible de explicar a un conductor que me está mandando de
regreso “a la cocina”, desde la ventanilla de su auto. Y en ese momento,
provoca responderle con la misma moneda, al estilo Natalia Málaga.
En el Perú, de cada 100 conductores con licencia, más de 70
son varones y son responsables del 90 por ciento de accidentes de tránsito con
heridos graves, según información de la Policía Nacional. Es cierto que no sólo
hay más varones al volante sino que ellos pasan más tiempo en las pistas; lo
cual podría explicar que el sexo masculino encabece de lejos las estadísticas
de infracciones y accidentes de tránsito; sin embargo, algunos estudios
realizados en Latinoamérica revelan que 1 de cada 20 mujeres conductoras comete
infracciones de tránsito; mientras 7 de cada 20 varones, lo hace.
Tampoco es que pretendamos sugerir que las mujeres manejen
mejor. El hecho es que manejamos diferente. Las leyes que mandan en las pistas
–dominadas por hombres- no son las del reglamento de tránsito: en luz ámbar se
acelera, en la intersección tiene preferencia el que “mete carro”, cuando la
luz de un vehículo indica que cambiará de carril hay que cerrarle el paso, etc.
Y en esa jungla de contradicciones, la mayoría de conductoras opta por respetar
el reglamento oficial, de allí que se nos vea como una molestia y se nos haga
blanco de burlas.
Pero, si las conductoras comenzáramos a actuar como ellos, sólo para que dejen de
insultarnos, como sugiere el video del “guantazo”, no le haríamos ningún favor
a la sociedad y contribuiríamos al peligro en las calles, calles por donde
transitan nuestros hijos. Esa es la diferencia. Por eso, cuando pretenden
insultarme por ser mujer, yo respondo: “gracias”. (ago.2013)

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