En una provincia cualquiera de Arequipa vive Alison. Tiene
16 años y es la mayor de cuatros hermanos. Su mamá trabaja lavando ropa y su
papá de peón. Alison acaba de dar a luz a su primer hijo, ha abandonado el
colegio y comenzará a trabajar como cobradora de combi para poder sostener al
bebé. El joven padre se ha comprometido a pasar una pensión, pero no lo hace.
Así, el número de niños pobres en la familia de Alison se ha incrementado.
Según las estadísticas, los niños pobres pertenecen, sobre
todo, a familias numerosas, en donde la cantidad de hijos no se incrementa por
voluntad consciente de los padres. La situación se complica más cuando las
hijas adolescentes comienzan a embarazarse a temprana edad. En el Perú, el 12.5%
de adolescentes entre 15 a 19 años ya estuvo alguna vez embaraza.
Y ¿existen políticas de educación sexual y prevención de
embarazos no deseados en este país de notable crecimiento económico? Los resultados demuestran que no. En los últimos
11 años la cifra de embarazos en adolescentes no ha disminuido sino se ha
mantenido. Los y las adolescentes cada vez están teniendo relaciones a más
temprana edad, entre los 12 y 13 años.
Alonso es albañil. Vive en una reducida habitación en un
distrito urbano de la ciudad, con su mujer y cuatro hijos. El menor tiene
apenas unos días de nacido y ha sido diagnosticado con Síndrome de Down. Antes
de recibir la noticia, las condiciones económicas de esta familia ya eran
ajustadas. Ahora, no les alcanza el dinero para los exámenes especiales que
necesita el bebé y que no brinda el sistema de salud público, en este país de
expectantes cifras macro económicas.
Muchos dirán que la culpa de esta situación es del sistema y
que la solución está en manos del gobierno; pasando por alto una
responsabilidad que es individual: el ser padres, el procrear hijos por simple inconciencia sin prever las
condiciones de desarrollo a las que vamos a enfrentarlos. Relevarnos de esa
culpa y dirigir el dedo acusador hacia las autoridades no impedirá que en este
país de posibilidades –como decía Jorge Basadre-, los más pobres sean los
niños. (may.2013)

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